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jueves, 24 de junio de 2021

Ejercicios resueltos de reacciones químicas

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Referencias bibliográficas de reacciones químicas

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Best, N. W. (2015). Lavoisier’s" Reflections on phlogiston" I: against phlogiston theory. Foundations of Chemistry, 17(2), 137–151.

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Otras clasificaciones reacciones químicas

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Tipos de reacciones por flujo de energía

Cuando observamos ciertas reacciones químicas, podemos comprobar que no solo hay una transformación en la naturaleza química de la especie reactante, también hay un cambio energético. Por ejemplo, reacciones como la del gas del cloro y el sodio metálico son evidentemente explosivas, y no falta ser un genio para señalar que liberan grandes cantidades de energía. Otras reacciones como la electrolisis del agua, para producir gas de oxígeno y de hidrógeno requiere invertir una gran cantidad de energía, en este caso se da una absorción energética.

De esto podemos desprender una clasificación de las reacciones en torno a sus necesidades energéticas. Las reacciones exergónicas son aquellas que liberan energía, ya sea en forma de luz, calor, electricidad o combinaciones de las anteriores y otras más. Las reacciones endergónicas son aquellas que absorben energía, ya sea calor, electricidad o luz. 

A parte de esto, si tomamos las leyes cero y segunda de la termodinámica podemos decir que, dado que la energía tiende a dispersarse con el tiempo, y que las reacciones exergónicas hacen precisamente eso, podemos concluir que las reacciones exergónicas tenderán a ser espontáneas, se producen naturalmente con más facilidad ya que tienen a cumplir con más fluidez las leyes cero y segunda de la termodinámica. Las reacciones endergónicas por otra parte, tienden a acumular energía, y aunque generalmente no son imposibles, si requieren de ciertas condiciones para darse, en especial se requiere un donante de energía externo al sistema químico. A este tipo de reacciones las denominamos generalmente no espontáneas. 

De lo anterior obtenemos generalmente una relación directa: Las reacciones exergónicas son generalmente reacciones espontaneas; mientras que las reacciones endergónicas son generalmente reacciones no espontáneas. Cuando se realiza el balanceo en una reacción química, no solo debe hacerse el balanceo de masas y balanceo de cargas, también debe realizarse el balanceo energético.

Ahora bien, dependiendo del tipo de energía, las reacciones exergónicas y endergónicas pueden reclasificarse. En ese sentido lo más común es emplear las energías térmica y lumínica. De esta manera emergen las categorías de exotérmicas y endotérmicas según liberan o absorben calor; o exolumínicas y endolumínicas según emiten o absorben luz.

Las reacciones químicas completas cuando todo el reactivo es convertido al producto (o al menos infinitesimalmente). En este caso, debemos escribir un signo = o mejor “y de hecho infinitamente más común” una flecha , en el sentido en que se da la trasformación, con la punta indicando la generación de los productos de la reacción. En ellas los productos reactantes se van consumiendo hasta que desaparece alguna de las especies químicas a un nivel infinitesimal. Hay reacciones que se detienen antes de que todo el reactante se haya consumido y convertido en la especie química producto. La paralización del proceso químico es meramente aparente; sucede que los productos resultantes, a medida que se forman, reaccionan entre sí para regenerar el reactivo de partida.

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La notación de doble flecha con punta incompleta de una reacción reversible en equilibrio (34) resume dos procesos que se dan de manera simultánea (35, 36). Se dan entonces dos reacciones independientes, simultáneamente, pero en sentido inverso. En las reacciones reversibles se alcanza un estado en el cual la conversión entre las reacciones opuestas se equilibra, generando un estado de aparente estabilidad.  A esta condición se la denomina equilibrio. Alcanzado el equilibrio en una reacción química, las masas aparentes de reactivos y productos no cambia a través del tiempo.

Ahora teniendo claro lo anterior, es posible clasificar las reacciones químicas en reversibles o irreversibles. Las reacciones reversibles son aquellas que tienden a establecer equilibrios químicos entre productos y reactivos, lo cual trae como consecuencia directa que jamás se consume todo el reactivo, pues este es regenerado por la reacción en reversa. Las reacciones irreversibles por otro lado solo poseen un sentido y en consecuencia es posible consumir la totalidad del reactivo.

Las reacciones ácido base son un poco difíciles de explicar, en el sentido de que hay al menos dos teorías ácido-base de uso común, sin embargo, nos restringiremos exclusivamente a la más simple y con mayor repercusión en otras áreas de la ciencia como la bioquímica y la biología, es decir, la teoría de Bronsted-Lowry. En estas reacciones los ácidos se definen como toda sustancia que aumenta la cantidad de iones protio(1+) en un sistema acuoso, mientras que una base será toda sustancia que disminuye la cantidad de iones protio(1+) en el sistema. Los iones hidroxilo(1-) pueden ser base, pero otras como el azano “vulgarmente llamado amoniaco” también pueden serlo. En ambos casos se captura un ion protio(1+) transformando al ion  hidroxilo(1-) en agua o al azano en azanio “antes conocido como ion amonio”.

En la teoría de ácidos y bases de Lewis, la acidez se define como una afinidad para atraer electrones o a unirse a zonas donde hay electrones sin capturarlos. Esto implica que todo agente oxidante es un ácido de Lewis, pero también lo serán las sustancias que magnéticamente sean atraídas por zonas negativas, lo cual a su vez implica que todo catión “sustancia cargada positivamente” es un ácido de Lewis. Las bases de Lewis serán entonces sustancias que tienden a donar electrones, como los metales. Bajo esta perspectiva el indicador universal de acidez en la teoría de Bronsted-Lowry que es el ion protio(1+) es un ácido de Lewis al poseer carga positiva y ser atraído por zonas de carga negativa.

Reacciones redox

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Reacciones en la que siempre hay dos elementos que cambian sus estados de oxidación al pasar por la reacción química, formando dos semirreacciones. La primera es la semireacciones de reducción en la que una sustancia gana electrones y se hace más negativo (o menos positivo que es lo mismo).

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Recuerde que debe cumplirse la ley de la conservación de la carga, por lo que hay cuatro cargas negativas totales en ambos lados de la ecuación, los coeficientes estequiométricos o números grandes a la izquierda de las fórmulas multiplican el valor de la carga.

La otra es la de oxidación en la que una sustancia pierde electrones y se hace más positivo (o menos negativo). El que gana electrones se denomina agente oxidante “elementos cercanos al flúor generalmente” y el que pierde electrones se denomina agente reductor.

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La representación de la perdida de electrones se manifiesta porque estos salen como producto en una ecuación química.

Las reacciones redox reciben su nombre de la fusión de dos conceptos, la oxidación y la reducción. Redox es un nombre que surge de la fusión de otros dos más conocidos, la oxidación y la reducción. Todos conocemos macroscópicamente que es una oxidación, pues hemos observado como el hierro en contacto con el aire o el agua es oxidado, el producto es el óxido de hierro, una sustancia granular y ocre completamente diferente del hierro metálico. Sin embargo, el concepto de reducción es más complicado y poco intuitivo.

Las reacciones redox siempre requieren de dos especies, un agente oxidante que adquiere los electrones (oxígeno) y un agente reductor que los pierde (hierro). Las reacciones son muy exotérmicas y pueden liberar luz y calor. Esto se debe a que los elementos en su estado de pureza se encuentran en estados de alta energía a pesar de verse (más complejos), la reacción ocurre cuando el producto (trióxido de dihierro) posee un estado de energía menor que el de los reactivos. Se libera mucho calor al universo. Si bien el microsistema se hace más complejo (generando una molécula de óxido de hierro), la entropía del universo aumenta debido a la energía que se ha cedido al universo.

Pero ¿Qué es una oxidación? Recordemos que, el oxígeno es el segundo elemento con mayor electronegatividad en la tabla periódica, por lo que tiene una gran tendencia a atraer sus propios electrones, así como los electrones de cualquier otro elemento que se encuentre cerca de él (excepto por otro átomo de oxígeno y por el átomo del flúor). De allí sabemos que el oxígeno despoja de electrones a los otros átomos, y ese es precisamente el proceso de oxidación.

La oxidación es un proceso de perdida de electrones, dado que los electrones portan cargas negativas, el elemento oxidado se hace más positivo “Li → Li++e-”. La reducción es el proceso opuesto, en el cual el elemento gana electrones “O+2e- → O2-”., tornándose menos positivo. En general la cantidad de electrones que un elemento cede o capta es igual a alguno de los estados de oxidación. Por ejemplo, todos los metales del grupo 1 poseen estados de oxidación 0 y +1, lo cual implica que solo pueden perder electrones en cantidad de 1. Los elementos del grupo dos tienen estados de oxidación 0 y +2, lo cual implica que solo pueden perder 2 electrones.

Tanto la reducción como la oxidación ocurren de manera acoplada y casi que simultánea, no puede existir una oxidación sin que ocurra una reducción, tal como cuando alguien da, existe alguien que recibe.

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En la reacción anterior tenemos un proceso neto completo, el cual es la suma de dos semireacciones. Los cuatro hierros pueden oxidarse desde el estado de oxidación 0 al estado de oxidación +3, para formar dos cationes hierro(3+) liberando 12 electrones(1-) en el proceso “4Fe → 4Fe3++12e-”. Por otro lado el oxígeno se reduce pasando del estado de oxidación 0 al estado de oxidación -2 para formar el anión oxido(2-), para lo cual requiere como mínimo 4 electrones. Para que una molécula de dioxígeno se pueda oxidar complemente se necesitan 4 electrones, mientras que un átomo de hierro metálico solo puede liberar como máximo 3 electrones. Al modificar los indicadores moleculares de cada elemento podemos llegar a un estado en que hay 6 electrones liberados por 4 átomos de hierro que son absorbidos por 6 átomos de oxígeno “6 O +12 e- → 6 O2-”.

Como puede notarse, en los procesos redox se combinan los conceptos de ionicidad y estados de oxidación, pero es importante no confundirlos, por ejemplo, en la reacción “4Fe+3O2→ 2Fe2O3” el producto posee al hierro y al oxígeno con estados de oxidación diferentes que sus respectivos reactivos, pero no se marca una ionicidad, ya que al formar la molécula del trióxido de dihierro las cargas de los iones respectivos se cancelan.

Dependiendo de su función en un proceso redox, cada una de las dos especies químicas involucradas que poseen cambios de estado de oxidación se las puede clasificar como agente oxidante y agente reductor. La regla de oro que siempre debe de tener en cuenta es que, si hay un agente oxidante, siempre hay otro reductor, o en términos más simples, si nota que un elemento ha cambiado de estado de oxidación en una reacción, eso significa que otro elemento también lo ha hecho con una cantidad de cargas proporcional a alguno de sustentados de oxidación y cantidad de átomos.

De esta forma podemos definir a los agentes oxidantes los elementos o compuestos que despojan de electrones a otras sustancias y en el proceso se reducen. El más común es el oxígeno y de allí el nombre, sin embargo, existen otros, como el flúor que es aún más oxidante que el oxígeno. Otros agentes oxidantes son sustancias con alta electronegatividad, como todos los elementos halógenos. Los agentes oxidantes pueden identificarse como compuestos, por ejemplo, el ácido clorhídrico es un agente fuertemente oxidante, pero esta capacidad oxidativa depende de portar un elemento oxidante con alta electronegatividad. El más potente de los agentes oxidantes es el flúor, pero por tal razón raro encontrarlo libre en la atmósfera, tienen a oxidar tanto que se encuentra férreamente unido a los elementos que ha oxidado formando los fluoruros.

Por el contrario, los agentes reductores son los elementos que causan la reducción, en general son donadores de electrones y poseen bajas electronegatividades. Los metales son casi siempre agentes reductores. Debemos recordar que, agente oxidante y agente reductor se adjudica comparando las electronegatividades, pues un mismo elemento puede ser un agente oxidante en algunas reacciones y un agente reductor en otras. Uno de los parámetros que más nos permite predecir es la electronegatividad, aunque existen excepciones.

En la reacción “4Fe+3O2→ 2Fe2O3” el hierro es el agente reductor, donando 12 electrones, que captura el dioxígeno quien es en consecuencia el agente oxidante.

1.    Las moléculas elementales son especies formadas por un solo elemento tienden a presentarse en estado de oxidación cero. Inicialmente los gases nobles que están formados por átomos simples, los gases diatómicos presentan el estado de oxidación cero. La razón para señalar tan vehementemente estas reglas, es que muchos estudiantes empiezan a escribir números tabla periódica en mano, adjudicándole al dioxígeno el estado de -2 aun cuando se encuentra en su estado de gas diatómico que debe representarse como estado de oxidación 0, un error muy común que confunde e impide ver el cambio en el estado de oxidación de las reacciones redox.

2.    Los estados de oxidación aparecen cuando tenemos una molécula formada por diferentes elementos. Solo los iones manifiestan los estados de oxidación como cargas reales que deben escribirse obligatoriamente. En las moléculas solo escribimos los estados de oxidación cuando necesitamos saber los estados de oxidación de los elementos en una reacción química.

3.    En una molécula diatómica compuesta por diferentes elementos, el elemento más electronegativo tendrá la carga negativa, y el menos electronegativo la carga positiva. A partir de esta enunciamos reglas más específicas:

4.    El flúor siempre trabaja con un estado de oxidación de -1 a menos que esté formando su gas diatómico.

5.  El oxígeno siempre trabaja con -2 a menos que forme una molécula con flúor, esté formando su gas diatómico, esté formando un peróxido o un super-óxido.

6. En las sales diatómicas y sus ácidos hídricos correspondientes con halógenos “grupo de flúor” y anfígenos “grupo del oxígeno”, las cuales son generalmente sales, el halógeno o anfígeno trabaja con su MENOR estado de oxidación, que puede ser -2 o -1.

7.   El hidrógeno trabajará con estado de +1, solo si el otro elemento posee mayor electronegatividad. De lo contrario será -1 como en los hidruros.

8.   En compuestos orgánicos el carbono va en estado de oxidación 0.

9.  Los elementos alcalinos como el potasio “K” siempre trabajan con el estado +1 a menos que estén en estado metálico puro.

10.                      Los elementos alcalinotérreos siempre trabajan con el estado de oxidación +2, a menos que estén en su estado metálico puro.

11.                      En los ácidos ternarios, los hidróxidos y en las sales ternarias, el único elemento con cargas negativas es el oxígeno.

12.                      En caso de que el elemento no caiga en las categorías anteriores (generalmente por tener más de un solo número de oxidación) se revisa la carga de la molécula. En moléculas neutras la carga neta es siempre de 0, por lo que se calculan las cargas.

En el metabolismo de todos los seres vivos, los procesos redox tienen una importancia capital, ya que están involucrados en la cadena de reacciones químicas de la fotosíntesis y de la respiración aeróbica. En ambas reacciones existe una cadena transportadora de electrones formada por una serie de complejos enzimáticos, entre los que destacan los citocromos; estos complejos enzimáticos aceptan (se reducen) y ceden (se oxidan) pares de electrones de una manera secuencial, de tal manera que el primero cede electrones al segundo, éste al tercero, etc., hasta un aceptor final que se reduce definitivamente; durante su viaje, los electrones van liberando energía que se aprovecha para sintetizar enlaces de alta energía en forma de ATP.

Si bien en sentido último todo depende del flujo de electrones, existen métodos holísticos para evaluar el estado de oxidación de una molécula orgánica como un todo y es mediante la presencia de agentes reductores y agentes oxidantes. Una molécula orgánica se oxida cuando pierde agentes reductores, gana agentes oxidantes o es degradada “digerida” a compuestos más simples. De manera opuesta una molécula se reduce cuando gana agentes reductores, pierde agentes oxidantes o su masa se incrementa por adición de cadenas de carbonos. Los agentes reductores más comunes son el hidrógeno y otras cadenas de carbono. Los agentes oxidantes más comunes con el oxígeno y los grupos oxigenados, así como el flúor, el azufre o el nitrógeno. Otros elementos se los puede clasificar como oxidante o reductor según se comporten como hidrógeno u oxígeno. Por ejemplo, los metales son agentes reductores porque se comportan como el hidrógeno y los halógenos/anfígenos restantes son agentes oxidantes al ser análogos al oxígeno o al flúor.

La combustión es una reacción química de reducción-oxidación, en la cual generalmente se desprende una gran cantidad de energía, en forma de calor y luz, manifestándose visualmente como fuego. En toda combustión existe un elemento que arde (combustible) y otro que produce la combustión (comburente), generalmente oxígeno en forma de dioxígeno gaseoso. Los explosivos tienen oxígeno ligado químicamente, por lo que no necesitan el oxígeno del aire para realizar la combustión.

Los tipos más frecuentes de combustible son los materiales orgánicos que contienen carbono e hidrógeno. En una reacción completa todos los elementos tienen el mayor estado de oxidación. Los productos que se forman son el dióxido de carbono (CO2) y el agua, el dióxido de azufre (SO2) (si el combustible contiene azufre) y pueden aparecer óxidos de nitrógeno (NOx), dependiendo de la temperatura y la cantidad de oxígeno en la reacción.

En los metales una consecuencia muy importante de la oxidación es la corrosión, fenómeno de impacto económico muy negativo, dado que los materiales adquieren o modifican sus propiedades según a los agentes que estén expuestos, y como actúen sobre ellos. Combinando las reacciones de oxidación-reducción (redox) en una celda galvánica se consiguen las pilas electroquímicas. Estas reacciones pueden aprovecharse para evitar fenómenos de corrosión no deseados mediante la técnica del ánodo de sacrificio y para la obtención de corriente eléctrica continua.

Por lo general en un planeta desprovisto de vida todos los gases altamente oxidantes como el difluor y el dioxígeno reaccionan con los metales y no metales presentes, precipitando en forma de minerales o permaneciendo como atmósferas débilmente oxidantes. El dioxígeno libre en la atmósfera es una anormalidad en el universo, y en nuestro planeta Tierra se presenta principalmente porque en la fotosíntesis del tipo II los seres vivos se encargan de oxidar la molécula de agua, generando iones protio(1+) para generar un potencial electro-osmótico, y liberan el dioxígeno gaseoso como gas de desecho. Sin embargo, una vez liberado, el dioxígeno gaseoso es tan reactivo como lo dice la teoría, y esa es precisamente la razón por la cual en nuestra atmósfera podemos hacer fogatas, es el dioxígeno liberado en la atmósfera lo que permite la combustión, así como otros procesos oxidantes como el embolismo aeróbico.

El procedimiento es muy simple una vez se tienen las habilidades de escribir correctamente los estados de oxidación de los elementos dentro de cualquier molécula. Primero, se debe escribir el estado de oxidación de todos los elementos involucrados en la reacción química. La reacción será redox si encuentras al menos un elemento, ya que forzosamente eso implica que hay al menos dos elementos que cambian de estado de oxidación. SIEMPRE deben ser 2, si hay más de dos elementos cambiando de estado de oxidación es probable que la reacción esté mal planteada.

Patrones de reactividad

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Las reacciones químicas pueden llegar a ser procesos verdaderamente complejos, por lo que los químicos han ideado varias categorías para estudiarlas. Es importante destacar que una reacción química elemental puede ser clasificada en varias categorías de manera simultánea.

El proceso más simple es del de reacción única en el que hay un cambio químico simple desde los reactivos a los productos. Sin embargo, muchas veces los químicos no pueden llegar al producto deseado en un solo paso, por lo que deben encadenar varias reacciones intermedias para llegar al producto deseado, proceso al que llaman ruta de reacción. En la naturaleza lo más normal es la generación de redes complejas de reacciones, especialmente en los seres vivos donde estas están fuertemente reguladas por catalizadores biológicos llamados enzimas. En el curso de química general nos enfocaremos casi exclusivamente en reacciones de paso único.

De un compuesto complejo se obtienen varios más sencillos.

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Algunas reacciones son espontáneas, pero las más comunes se desencadenan cuando se su ministra calor al sistema, y por ende se las tiende a denominar como descomposiciones térmicas. A su vez las descomposiciones pueden dividirse en categorías dependiendo de las sustancias que involucran:

Descomposición térmica de sustancias orgánicas de C/H

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En este caso las sustancias generadas siempre serán agua y dióxido de carbono bajo condiciones de lápiz y papel, sin embargo, las oxidaciones pueden llegar a ser parciales y en consecuencia en la realidad también se genera monóxido de carbono.

Carbonatos XCO3

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Generalmente se descomponen en dióxido de carbono/azufre y el óxido/sulfuro metálico análogamente a lo que sucede con las sustancias orgánicas. Lo anterior implica que las descomposiciones térmicas estarán muy ligadas al estado de oxidación del elemento, sin embargo, los sulfitos tienden a tener comportamientos alternativos, generando el metal purificado y trióxido de azufre. Por lo anterior los ejemplos tienden a realizarse con los carbonatos.

Nitratos con metales alcalinos

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Desprende oxígeno molecular y se forma el ion NO2-.

Nitratos no alcalinos

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Desprenden tres especies, un óxido metálico que conserva el estado de oxidación del metal en la sal original, dioxógeno molecular y dióxido de nitrógeno.

Sales de los iones clorito-clorato

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Sin importar el estado de oxidación del anión entre cloro y oxígeno, la descomposición genera un cloruro con el metal y dioxígeno molecular.

Óxidos

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Se descomponen térmicamente liberando los elementos puros. Los metálicos en general requieren menos energía que los no metálicos.

Son reacciones de adición o combinación, en la que varias especies más simples y de bajo peso molecular se unen para formar una más compleja y de alto peso molecular.

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Sin embargo, no todas las síntesis son tan elementales, por ejemplo, se puede hacer reaccionar dos óxidos diferentes, uno metálico y otro no metálico para producir una sal, la clave es que el no metal central heredará el estado de oxidación que tenía en su óxido no metálico.

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Una reacción de sustitución es aquella donde un átomo o planeta en un compuesto químico es sustituido por otro átomo o grupo.

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Son procesos químicos donde las sustancias intervinientes, sufren cambios en su estructura, para dar origen a otras sustancias. El cambio es más fácil entre sustancias líquidas o gaseosas, o en disolución, debido a que se hallan más separadas y permiten un contacto más íntimo entre los cuerpos reactantes. En las reacciones inorgánicas es más común entenderlas como un desplazamiento, generalmente un metal desplaza la posición de un hidrógeno. En las orgánicas es más bien una transferencia de grupo.

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En estas reacciones se da un intercambio de iones para formar cuerpos nuevos.

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Básicamente se trata de un intercambio de iones. En este tipo de reacciones posemos listar una serie de casos individuales.

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